Hablar de la historia de México es contar las innumerables guerras que se vivieron por la conquista de nuestros territorios. Como parte de esta gran historia, nuestros antepasados han dejado como legado una gran cantidad de sitios emblemáticos que fueron de suma importancia durante los conflictos bélicos.
Estas majestuosas construcciones son las antiguas fortalezas ubicadas en diferentes regiones de México. Sitios diseñados para la guerra que fueron las bases militares de los antiguos ejércitos que protegían a la población de los invasores.
Hoy son hermosos baluartes que forman parte de la arquitectura antigua de las ciudades y de gran atracción turística para los visitantes. La mayoría son Fuertes ubicados frente a las costas mexicanas, pues su función fue la defensa de los ataques piratas provenientes en grandes embarcaciones.
Fuerte de San Juan de Ulúa: Ubicado en el puerto de Veracruz, es la fortaleza más antigua de México construida por el ejercito de Hernán Cortés en 1538 para la defensa de los ataques piratas contra la Nueva España. Siglos más tarde fue un importante escenario en la “Guerra de los Pasteles” contra Francia y la invasión estadounidense.
Hoy es uno de los atractivos turísticos del puerto, cuenta con el diseño original de la época que te sorprenderá por sus antiguas prisiones, pasadizos secretos y miradores con una espectacular panorámica del puerto, ya que se ubica en una isla frente a las costas.
Fuerte de San Diego: Ubicado en el corazón del puerto de Acapulco, construido en el Siglo XVII para proteger al puerto de los ataques piratas que deseaban cazar la fortuna del Galeón de Manila. Siglos más tarde fue un importante escenario durante la Guerra de Independencia.
Hoy es una de las atracciones históricas y turísticas de Acapulco, ubicado frente a la terminal marítima de cruceros. Ofrece una de las vistas más bellas de la Bahía, así como también es un importante escenario de los eventos culturales.
Fuertes de Guadalupe y Loreto: Antiguas fortalezas ubicadas en la denominada “Zona Histórica de Los Fuertes” de la ciudad de Puebla. Fueron importantes sitios militares durante la Batalla de Puebla en la segunda Intervención Francesa.
Actualmente es un gran parque de la ciudad con múltiples atracciones como el Teleférico, el Museo de Guerra, Museo Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Auditorio de la Reforma y la Casa Puebla. Además de una cafetería, lago artificial con juego de luces y una asombrosa panorámica de la ciudad y los volcanes.
Fuerte de San Miguel: Ubicado en la capital de Campeche, fue construido para la defensa de la ciudad amurallada de San Francisco de Campeche, que sufría de intensos ataques por parte de los piratas ingleses que deseaban robarse el oro de una de las colonias más ricas de aquel momento.
Hoy es un museo arqueológico que cuenta también con muestras de la cultura maya a 20 minutos del centro histórico. Ofrece además una majestuosa vista hacia la costa del Golfo de México.
Fuerte de San José El Alto: Ubicado también en la capital de Campeche, una antigua obra militar que fue diseñada para ser el refuerzo de la ciudad amurallada. Junto con el Fuerte de San Miguel y los baluartes de la ciudad, San Francisco de Campeche era una de las ciudades más protegidas de la época.
Hoy es otro de los atractivos turísticos de la ciudad y en él se encuentra el Museo de Barcos y Armas de la ciudad. Su ubicación en otro de los cerros de Campeche, a tan sólo 10 minutos del centro histórico.
Fuerte de San Felipe: Ubicado en el pueblo mágico de Bacalar, Quintana Roo. Fue construido en este punto estratégico para la defensa de la península de Yucatán que recibía ataques por parte de los piratas ingleses quienes ingresaban por el río desde la bahía de Chetumal.
Hoy es una de las obras de arquitectura antigua que destaca sobre la Laguna de los 7 Colores, en su interior se encuentra el Museo de la Piratería, así como también es el mirador favorito de los visitantes para apreciar la majestuosa laguna de tonos turquesa.
Fuerte del Presidio: Ubicado en la Isla del Presidio del poblado de Mezcala, Jalisco. Su ubicación estratégica en el Lago de Chapala sirvió para que aquí fuera construida la única obra de arquitectura militar de Jalisco con el fin de proteger las tierras de los ataques durante la Guerra de Independencia, así como también ser una prisión de máxima seguridad en aquella época.
Actualmente es una imponente fortaleza que abarca la mayor parte del territorio de la isla más grande del Lago de Chapala. Además de la fortificación, se encuentra una zona arqueológica y el árbol de la vida, un sitio religioso de los indígenas en la época colonial.
