El pueblo de México que te hará sentir como en Europa

En México tenemos la fortuna de contar con más de un centenar de pueblos con encanto, cada uno con su propia historia que en la actualidad le otorga un legado cultural. En la mayoría podemos apreciar la belleza de la arquitectura colonial que predomina en sus casas y templos. Sin embargo, existen algunos lugares cuyo diseño es diferente al clásico mexicano.

Este lugar se llama El Oro, un pueblo mágico del Estado de México donde predomina un paisaje europeo. No sólo por estar rodeado de un exuberante bosque de pinos, sino por su arquitectura de estilo francés con la que están diseñadas las casas y edificios principales.

La razón se debe a que este pueblo fue fundado por ingleses y franceses que explotaron el recurso más valioso de este lugar; las minas de oro, he de aquí el nombre de este fascinante pueblo que vivió su máximo esplendor a principios del Siglo XX, llegando a ser la ciudad más rica del país con una población que superaba los cincuenta mil habitantes.

El Oro fue la primera población en el país en tener todos los recursos necesarios de una gran ciudad como energía eléctrica, ferrocarril, tiendas departamentales, centros nocturnos de primer nivel, hoteles, restaurantes y mucho más gracias a la riqueza que se movía por las grandes cantidades de oro extraído de aquí.

Una vez concluida la fiebre del oro y los cambios políticos tras la Revolución Mexicana, el pueblo fue abandonado por los extranjeros quedando solamente su legado histórico y arquitectónico, lo que hoy podemos disfrutar bajo el distintivo de “Pueblo Mágico”.

El Palacio Municipal es uno de los edificios históricos más impresionantes, con sus imponentes torres y su arquitectura estilo art nouveau, destaca desde cualquier punto del pueblo.

A un costado se encuentra el Teatro Juárez, considerado como el más lujoso que tuvo el país a principios del Siglo XX. Lugar al que sólo podía ingresar la clase alta y política. Era uno de los sitios favoritos de Porfirio Díaz, quien tenía un palco especial.

Caminar por las callejuelas del pueblo te transportará a otra época, pues todas las casas conservan el estilo antiguo.

El paseo por las minas El Socavón nos cuentan la historia de la fiebre del oro que vivió este lugar. Se dice que esta mina era la segunda productora de oro a nivel mundial y se cree que sólo fue explotada en apenas un cuarenta por ciento.

Recorriendo el pueblo también podrás encontrar un exclusivo restaurante dentro de un vagón de tren, en donde podrás deleitarte con exquisitos platillos. El cupo en este lugar es limitado por el espacio del vagón.

Si de admirar a la naturaleza se trata, El Oro cuenta con la Presa Brockman, un hermoso lago en medio del bosque, rodeado de verdes montañas, pinos, cabañas de madera y molinos de viento, que le dan un paisaje similar a los lagos europeos.

Aquí podrás disfrutar del contacto con la naturaleza, caminando por su malecón, admirando la tranquilidad de la presa o bien rentando una lancha para dar un paseo.

El Oro se encuentra en los límites del Estado de México con Michoacán, a 25 minutos de la ciudad de Atlacomulco.