Los 10 lugares que debes visitar al viajar en el Tren Chepe

Viajar en el Tren Chepe es una de las cosas que todos los mexicanos debemos hacer al menos una vez en la vida. La razón; simple y sencillamente es una experiencia inolvidable y enriquecedora que te hará viajar en el tiempo, desconectarte de la rutina para entrar a un mundo de espectaculares paisajes que no creerás que forman parte de México.

Enormes valles, zonas desérticas, montañas, bosque, ríos, cascadas, abismos, lagunas y selva tropical, son parte de todos los ecosistemas que se pueden encontrar en este largo recorrido que va desde la capital de Chihuahua hasta los Mochis, Sinaloa. Más de 12 horas para atestiguar todos los cambios de la naturaleza del norte del país.

El Tren Chepe es uno de los tours más cotizados que existen en México, por lo que sobran agencias en el país que arman paquetes para recorrer los puntos turísticos más importantes. La gran mayoría enfocados en visitar el parque de aventura en Barrancas del Cobre por sus grandes atractivos. Sin embargo, existen muchos puntos que todo buen viajero debe conocer en este importante trayecto.

Para poder realizarlo, es necesario bajarse en determinadas estaciones y adentrarse a los lugares como cualquier visitante. Posteriormente trasladarse a los siguientes puntos en el siguiente tren o en otro medio de transporte, sea autobús, taxi o renta de vehículo.

Chihuahua: La capital de Chihuahua, una ciudad industrial ubicada en una árida región donde el clima suele ser extremo. Fuertes vientos por las tardes, mucho calor o frío dependiendo la temporada.

Aquí inicia y finaliza el recorrido del Tren Chepe, por lo que antes de partir vale la pena recorrer su centro histórico para apreciar la belleza arquitectónica de sus edificios y museos, así como sus historias y clásicas leyendas como “La Pascualita”.

Ciudad Cuauhtémoc: Al salir de la capital de Chihuahua, una de las primeras paradas es esta ciudad productora de manzanas. A simple vista pareciera no tener un gran atractivo visual. Sin embargo, aquí se encuentra la comunidad Menonita, descendientes de alemanes y holandeses que llegaron a poblar esta región a principios del siglo XX y desarrollaron sus propios sistemas sociales en los cuales continúan desenvolviéndose en la actualidad.

Aquí conocerás su corredor comercial donde se encuentra el Museo Menonita, hoteles, bancos, tiendas y franquicias restauranteras al estilo europeo. Te sentirás como en otro país por un instante.

Creel: Horas después de Ciudad Cuahutémoc, con un paisaje y clima totalmente distintos llegamos a este pueblo mágico, famoso por sus grandes atractivos naturales, sus cabañas de madera en medio de un paisaje lleno de pinos y la presencia de los tarahumaras.

Este pueblo es el punto estratégico para partir hacia diferentes sitios importantes de las Barrancas del Cobre, por lo que es casi obligado bajar aquí y tomar una estancia de uno o varios días si deseas conocer todos los lugares.

Comunidad Tarahumara: A pocos minutos del centro de Creel nos adentramos a las comunidades tarahumaras, las cuales conservan usos y costumbres desde hace años. Los grandes atractivos naturales que se pueden apreciar en esta región son: Valle de las Ranas, Valle de los Hongos y Valle de los Monjes (extraordinarios por las formaciones rocosas que se pueden apreciar, mismas que le dan el nombre a estos valles).

Además, el Lago de Arareko que en invierno llega a congelarse y la Cascada de Cusárare, impresionante cuerpo de agua que da vida a este lugar.

Batopilas: Otro de los pueblos mágicos de Chihuahua, se ubica en la profundidad de las Barrancas del Cobre. Para llegar aquí es necesario partir desde Creel en un camino que llega a durar 3 horas aproximadamente hasta descender a través de las barrancas.

El clima y la vegetación cambian en este pequeño pueblo de dominio tarahumara ubicado a la orilla del río Batopilas, en uno de los cañones más profundos de las Barrancas.

Barrancas del Cobre: El destino más visitado y de mayor fama en el tour del Chepe. Se ubica en la Estación Divisadero, a 1 hora de Creel y se caracteriza por ser la primera parada oficial para observar una impresionante panorámica de estas barrancas desde sus múltiples miradores.

La emoción comienza en el Parque de Aventuras donde podrás caminar por puentes colgantes, pararte en miradores con piso de cristal, conocer la piedra volada, lanzarte desde la tirolesa más larga del mundo o bien subirte al teleférico para cruzar un gran cañón.

Por si fuera poco, podrás comer en un restaurante con piso de cristal donde se aprecia una impresionante profundidad. Además de realizar otras actividades de aventura extrema.

Cascada de Basaseachi: La cascada más alta de México, es otro de los grandes atractivos naturales que se deben conocer de las Barrancas del Cobre. Para apreciar su belleza al máximo, se recomienda visitarla en temporada de lluvias para ver la gran caída de agua.

Cerocahui: Siguiendo la ruta del Tren Chepe, a 3 horas de la estación Divisadero se encuentra este pequeño pueblo, punto de partida hacia otro de los grandes miradores de Barrancas del Cobre.

Este lugar se caracteriza por estar entre montañas boscosas de impresionantes vistas panorámicas, ideal para practicar senderismo o simplemente entrar en contacto con la naturaleza y alejarse de las grandes masas de turismo.

Cañón de Urique: Llegando a Cerocahui es necesario recorrer la zona boscosa en un camino de terracería de hora y media aproximadamente para llegar al mirador Cerro del Gallego, el cual posee la vista más espectacular de las Barrancas del Cobre.

El Cañón de Urique es el más profundo y desde un mirador de piso de cristal podrás tener dos mil metros de abismo bajo tus pies. Es quizás el mirador más alto de México, por lo que vale la pena llegar hasta este punto para apreciar una panorámica distinta de las majestuosas barrancas.

Por lo aislado que se encuentra del resto de los puntos turísticos más visitados, este lugar no suele estar incluido en la mayoría de los paquetes. Así que llegar aquí será una aventura quizás por cuenta propia.

El Fuerte: Termina Chihuahua y comienza Sinaloa, los paisajes de montaña y bosque han quedado atrás para dar paso a una zona semi desértica y tropical. A partir de este pueblo mágico sinaloense se aproxima el final del viaje hasta Los Mochis.